Blog abierto a TODO EL MUNDO. Si quieres enviar una crítica pedante vergonzosa que hayas encontrado, éstas son las instrucciones.

31 de octubre de 2008

Y el G Sanz de hoy es...

"Sin embargo, su incapacidad para respirar más allá del eslogan resta profundidad a una ablución que, en lo musical, tenía ya medio cielo ganado"

G.Sanz, incapaz de a su vez de escribir 'purificación', habla de unos tal Michael Franti & Spearhead.

30 de octubre de 2008

Corporeizar el estigma de Pepito Grillo (Sic)

Navegando por la internec llegué de forma casual a un blog de crítica cinematográfica. El autor, de nombre J.P. Bango, hace la crítica de un cortometraje realizado por otro afamado blogger hispano: Refo.
El corto se llama J.P. Ban... estooooo "El límite", y esta es la crítica en cuestión, que Dios nos ayude:
 

E

l límite de Miguel A. Refoyo se presenta como una obra de autor expuesta (e intrépida) que dota de entidad corpórea (y prolífico verbo) a conceptos en absoluto cinematográficos (de ahí el riesgo) como la "atrición" o "el remordimiento", representados sobre la piel y las arterias de dos estupendos actores, sometidos -por cuenta de un guión fundamentalmente dialéctico- a un tour de force existencial donde lo que menos importa, curiosamente, es el contexto lúgubre (y excelentemente fotografiado; es así, y tengo que decirlo) donde tiene lugar el duelo...

Alegoría moral de tintes redentores, El Limite comienza de forma reposada con una voz en off añadida a unas fotos que, presentadas a modo de diapositivas, nos introducen en el conflicto vital de un joven (Raúl prieto) que se siente estafado por la sociedad que le cobija, a la par que se analiza con tono prosaico y una puesta en escena umbrosa, la gestación de un desprecio atávico cuyo cenit se materializa en la aparición de un oscuro personaje, Fred, y en la relación mentor-alumno que a partir de dicha aparición asumen ambos protagonistas con vistas a que el más joven de los dos acabe convirtiéndose en el brazo ejecutor que las proclamas del primero demandan...

Con esta premisa inicial, no tardamos en introducirnos en la penumbra de un almacén desvencijado, donde el joven pupilo debe hacer frente a su condición de marioneta al servicio de una idea que está a punto de fagocitarlo, momentos antes de que rebase, por primera vez en su vida, la delgada línea roja que separa el pensamiento de la ejecución, el deseo... del acto.

El entramado se complica sin variar ni un ápice alguna de las ideas apuntadas (palabras mayores enmarcadas en un contexto de cine de género entre asesinos que nada tiene que ver con la relación padre-hijo de Max et Jeremy) al mismo tiempo que hace su aparición en escena un subplot de lo más jugoso: el hombre enfrentado a sus demonios internos. Sobre la base de este enfrentamiento dual, van a ir apareciendo conceptos dicotómicos que enriquecen la propuesta inicial hasta que ésta se transforma en una historia de aires bipolares donde Jeckyll se rebela contra Hyde; y más aún, pues no tardamos en descubrir (en un más que interesante cambio de punto de vista insertado en mitad del clímax) que no es Jeckyll sino el propio Hyde quien combate y trata de vencer a su oponente: el único vestigio de vacilación o remordimiento que le queda, y que sabotea y pone en riesgo su objetivo vital: la cruzada psicopática que representa.

Corporeizar el estigma de Pepito Grillo se resuelve como una solución narrativa brillante en un ejercicio de estilo como éste, personificado en un duelo interpares (y con actores diferentes, en la línea de Gonzalo Suárez en Mi nombre es sombra) donde la palabra adquiere tanto o más valor que la imagen, constituyéndose así en el principal reclamo pero también en el mayor riesgo asumido por esta película corta, definitivamente, colapsada por la imparable verborrea de unos personajes enfrascados en una dura pugna cuya gravedad se disipa en la negritud de una estancia asolada por la duda existencial...

Y es aquí donde entra en juego el estilo formal de una cinta que presume de la utilización del claroscuro para construir una atmósfera densa, explícitamente emocional, que sirve de excesivo contexto a una historia no menos densa donde el tratamiento de la imagen no persigue sino la construcción de una fábula expresionista, en la cual la luz y las sombras adquieren un significado per se, subrayando, por encima de todo, el aspecto (falsamente) demiúrgico de Fred, Ángel González Quesada, interpretando un rol que se ajusta a un Hyde ojerizo y conspirador, un reverso tenebroso surgido del otro lado del espejo, incapaz de aceptar cualquier resultado distinto a la victoria.

No es difícil entrever, en fin, referentes conceptuales de la obra de Palahniuk (la destrucción como inevitable germen de un mundo nuevo), Stevenson (sobre cuya teoría bipolar se cierne buena parte de su entramado) o, incluso Freud (que no por casualidad comparte una cierta similitud fonética, quizá inconsciente, con el personaje del mentor)... a lo largo y ancho de este breve ejercicio de cinefilia alegórica. Temas recurrentes (y hondamente ambiciosos, insisto) que hacen de El Límite de Miguel A. Refoyo, una obra vocacionalmente transgresora y sumamente atrevida (quizás, demasiado), que especula sobre diatribas existenciales inabarcables de un solo vistazo, cuando no imposibles en una estructura, como es aquella que la sostiene, de Cine de Género en su modalidad corta.

Le sobran palabras pero no ideas, y el aspecto formal es lo suficientemente contundente como para servir de digno preludio a una personalidad cinematográfica de ascendencia inquieta que tendrá mucho y bueno que decir, únicamente, cuando sepa encontrar una balanza que equilibre el inmenso caudal creativo que atesora el prometedor director salmantino

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Por cierto, me permitiré hacer spam de mi bloj: http://desdelaignorancia.blogspot.com

Saludos a todos.

28 de octubre de 2008

El Concepto Canción y los mercury Rev...

Dejo aquí unas lineas del excelso Ricard Rius... que quiere que los músicos se olviden del concepto canción. Los vellos del bigotón se me ponen como escarpias cada vez que releo esta crítica:
 


"mercury rev

snowflake midnight

(2008)

 

 

 

El nuevo disco de Mercury Rev llega marcado por una palabra clave: cambio. La trilogía preciosista formada por"Deserter's Songs", "All is Dream" y "The Secret Migration" deja paso a una nueva reinvención para los de Buffalo. No es la primera vez que lo hacen, ya que antes del alabado "Deserter's Songs", Mercury Rev venían de grabar tres discos que se acercaban mucho más al noise y la psicodelia que al pop cristalino y onírico por el que ahora son más conocidos.

 

Parece, pues, que estos chicos cambian de rumbo cada tres discos. ¿Será "Snowflake Midnight" la primera parte de la versión electrónica, arriesgada y desafiante de Mercury Rev? Pues a un servidor le encantaría, aunque la verdad es que lo dudo. Pero vayamos a palmos.

 

La verdad es que sí que es muy apreciable un cambio en la producción de este nuevo trabajo. Las guitarras de Grasshopper suenan ahora casi enterradas bajo capas de un cuidadísimo manto electrónico, y lo mismo les sucede a las baterías y los bajos, para los que en muchas ocasiones resulta difícil distinguir si lo que suena ha sido ejecutado por manos humanas o por circuitos de unos y ceros. Pero bien mirado el cambio no es tan radical, pues la voz de Jonathan Donahue sigue siendo la principal referencia de cada canción, trazando unas melodías que intentan ceñirse a lo "moderno y extravagante" de la música, pero que a mi parecer fracasan bastante en el intento y terminan por convertirse en intentos (a veces anodinos) de aportar algo a unas canciones que, en algunos casos, estarían mejor con menos voz y más ferocidad en la instrumentación.

 

Y es que tal vez lo que le falta a este "Snowflake Midnight" para ser un verdadero puñetazo sobre la mesa es una mayor dosis del ingrediente renovador, llámesele texturas electrónicas, enrarecimiento de las estructuras de cada canción o, simplemente, olvidarse del concepto "canción". Y no me malinterpreten, porque realmente es de agradecer el esfuerzo y las ganas de transgresión que hay detrás de este disco. Canciones como "People are so Unpredictable" o "Dream of a Young Girl as a Flower"son un auténtico triunfo para un grupo al que algunos ya habían empezado a condenar tras su anterior disco; son canciones llenas de pasajes locos y sonidos apabullantes (mejor a volumen alto, gracias) que, si bien no son nada radical o innovador, sí que demuestran una voluntad de no quedarse atrás y de seguir mereciendo la reputación de un grupo que, a pesar de no haber alcanzado la deidad de unos Flaming Lips, es un referente a tener muy en cuenta. Y todo esto sin olvidar que el super-productor Dave Fridmann no es otro que el bajista de Mercury Rev, por si alguien aún no se había enterado.

 

Resumiendo, "Snowflake Midnight" es un disco que, sin lugar a dudas, merece que se le preste mucha atención, y no defraudará a todo aquel que lo escuche con el interés que necesita para ser bien apreciado. Mercury Rev nos ofrecen un viaje lleno de sorpresas a través un terreno a veces resbaladizo, pero lo bastante sólido y firme como para que deseemos seguir adelante y disfrutar al máximo de un disco contundente y convincente. Firmamos ahora mismo por que haya dos nuevos discos de Mercury Rev (como mínimo) que completen esta nueva trilogía y que mantengan este espíritu aventurero y de superación que tanto cuesta de encontrar en los grupos consagrados.

 

Para los seguidores de la banda y los curiosos, sepan que "Snowflake Midnight" tiene un hermano que se llama "Strange Attractor", un álbum 100% instrumental electrónico que parece ser una recopilación del material sobrante tras la construcción de las texturas y "soundscapes" electrónicos que han sido utilizados en "Snowflake Midnight".

 

 

 

Ricard Rius"

 

Mi lado gafapasta y pagafantas exige por cierto que aclare que ningún circuito está hecho de unos y ceros, sino de diferentes metales y plásticos (los unos y los ceros es la forma de manejar y almacenar la información...)

 

Xispo

23 de octubre de 2008

Cultureta watch de Spiderman 3

Ya apareció en mi blog, pero hoy lo he releído y he flipado con la de soberanas boutades esnóbicas que se marca el tío. Spiderman 3 y San Agustín en la misma frase. Y el tipo encima es profe de cine e historia del cómic. Ahora resultará que Stan Lee estará a la altura de Dante o de Shakespeare. Pero es que encima está hablando de Spiderman 3 uno de los mayores truños ever.



IVAN PINTOR IRANZO


"Una sobre otra las infinitas capas de sílice que se ciernen, arremolinan y esparcen para alzar la figura descomunal del "Hombre de Arena" al final de "Spider-Man 3" no sólo son la figuración de un Moloch dispuesto a devorar la ciudad de Nueva York, sino también la imagen misma de la monstruosidad que palpita en le corazón del Universo Marvel. Cuando, después de la II Guerra Mundial, Stan Lee dio respuesta a la necesidad de figurar el miedo al Otro en plena guerra fría, Spiderman, los 4 fantásticos y más tarde los X-Men se convirtieron en el reverso de un imparabale avance tecnológico, un exceso de naturaleza capaz de trocar la doble identidad de los superhéroes de primera generación en una perpetua convivencia en la sombra. de igual manera que el Caliban de "La Tempestad" o el Segismundo de "La Vida es Sueño", los superhéroes ideados por Lee forman parte de una escatología en la que el trágico reconocimiento de la animalidad sustenta largas plegarias sobre una condición demasiado humana dirigidas a un dios desconocido: -"los monstruos son un mensaje, una prueba de la fuerza divina sobre los cuerpos naturales", asegura San Agustín-.Por eso, al despojarse, gracias al repicar de las campanas, del simbionte que coloniza su cuerpo, spiderman engendra otra monstruosidad, la sombra de una sombra, Venom, pero no da pie a una exploración de la enfermedad como la que brindaría un cineasta como Cronenberg, sino a una fábula de redención. Entre la viscosa amenaza del doble oscuro y el exceso de Ello encarnado en "el Hombre de Arena", Spiderman se ve obligado a recosntruir un Yo que afiance el orden apolíneo de la civilización encarnado en su traje azul y rojo; se ve forzado a anudar la memoria del 11-S con la suya propia para hacer lo que un héroe nocturno como Batman nunca haría; perdonar, absolver una violencia que, redimida, disuelve la monstruosidad".

IVAN PINTOR IRANZO: "CULTURA/S 256" (Suplemento de la Vanguardia).


Milgrom

20 de octubre de 2008

El caballero oscuro TAMBIÉN es pasto de culturetas pseudofrikis.

Visto en fantasymundo.com

Cultureta ridículo en estado puro...

Meses después del estreno de una de las películas del año, retomamos el tema de Batman con esta nueva crítica menos eufórica y más reflexiva sobre la última película del señor de la noche

¿Cuál es la labor del intelectual moderno? En esta pregunta ya está la respuesta. Su labor es la de evitar oficializaciones, etiquetas, mantenerse en un término mediador, en una distancia crítica, interrogando. Ahora bien, la dificultad consiste en saber permanecer en ese lugar intermedio adiscursivo, dinámico y cuestionador. Christopher Nolan no lo consigue. Si he llegado a reflexionar de esta manera es porque la intención de este director y la tesis que pretendía albergar su última obra habían apuntado demasiado alto sin obtener, empero, los frutos previstos.

La roza con la yema de los dedos, en un esfuerzo titánico. Y nada más. Camina trabajosamente hacia el destino que ya ha vislumbrado, pero no lo alcanza: una agónica tendencia que desesperadamente busca un asidero porque no sabe flotar. Y finalmente, extenuado, opta por una solución, no la mejor, sin duda, pero aceptable porque es una vieja conocida. Lo arriesgado es mantener el equilibrio, y él se deja caer. Por decisión propia, o por exigencias de la productora, lo cierto es que la tesis planteada no halla jamás su demostración. Y acaba autonegándose en flagrante paradoja.

Nolan ofrece unos instantes, que a veces son momentos, brillantes y que preludian una solución sublime que nunca llega, o mejor dicho, llega bajo la forma de vértigo, nada más, pues rápidamente se regresa al suelo firme y la inestabilidad se desvanece. Entonces el espectador, perplejo porque antes gozaba adivinando un desarrollo potencial que se ve defraudado, cae en la cuenta de que se halla ante un filme de superhéroes. Entonces es cuando cuajan las escenas inútiles y los absurdos recursos de guión, algunos de los cuales por cierto parecen dignos de las aventuras del mejor y más inverosímil agente secreto; y sobre todo es cuando se comprenden las resoluciones tomadas: aleccionadoras, obvias, diletantes.

El Joker de Ledger por momentos se torna en el instrumento experimental del intelectual moderno. Pero sus motivaciones superan el distanciamiento, visitan el nihilismo para codearse en último lugar con la irracionalidad visceral fascista. Pero eso es El Joker. El motor de las sensaciones vertiginosas, que nos guía por senderos obnubilantes y deletéreos, que hacen perder la orientación, las directrices, las latitudes, para luego asestar un traicionero golpe pues es su caprichoso albedrío el que rige su (des)control.

La intención del director era demostrar, con el villano de Ledger como anzuelo y la evolución de Dent como ejemplo ilustrativo, la consistencia del Caos. El Caos entendido como territorio viscoso, legamoso, estadio amniótico que nada es pero que todo lo contiene, vida en potencia pero también muerte en acto; un lugar intermedio de susceptibilidades. Es Caos la locura, pero también la matriz del Demiurgo. Un interludio en el que cualquier entidad puede hacerse con el mando o ser la víctima: pulsión de muerte, mareo de regeneración, terror de desaparición, la nada fruto de la aglomeración. Y El Joker es su Mensajero. Y Nolan, a través de él, pretendía analizar el alcance de ese Caos dentro de la cotidianidad del ser humano: los escarceos extáticos, la tentación de saborearlo, de dejarse seducir, embriagado, por parte del ciudadano medio.

La situación de partida, que abre abruptamente el filme preanunciando una violencia cruda que se vuelve más tarde un fallido artificio, es que Gotham está siendo hostigada por las extremas acciones de un lunático histrión cuyo objetivo no es el dinero: es un vesánico agente de la irracionalidad, a quien no importa morir o vivir. En realidad es una superconciencia que ha sabido trascender las leyes patriarcales, y los freudianos tabúes y tótems, aislándose en un escalofriante limbo. Discursivamente, por tanto, no existe. Es Nadie, en definitiva; lo demuestra la historia, siempre peregrina, que él relata sobre las causas de sus cicatrices en las mejillas: no se sabe de dónde ha surgido, no se le conocen familiares, orígenes, registro civil… nada.

Es un hombre sin identidad, legal y social, porque ha cumplido los pasos del ritual ideológico de Sorel. Ha sabido desprenderse de connotaciones personales, afectivas, éticas y sacrificar su Yo individual en favor de un falso Yo colectivo, falso porque es un ejercicio de egolatría mesiánica. Ha asomado su rostro pintarrajeado al abismo, al Caos primordial, lo ha mirado a los ojos, ha perdido la razón en el ejercicio, erigiéndose luego más sabio, auténtico mártir político, y poseedor de las claves de manipulación de la descontrolada masa. Es un acercamiento al líder pirandelliano, el que éste adjudicó en un principio a Benito Mussolini.

Pero Nolan no se atreve a emplear a un espécimen tan peligrosamente bien edificado –y por desgracia ya jamás lo podrá hacer. El Caos no termina de ser retratado con la seriedad esperada y los experimentos pedagógicos que lleva a cabo El Joker, momentos cumbre de la narración, no consiguen el impulso necesario. En favor de la enseñanza moral canónica, el realizador prefiere la lección simple, maniquea, y en un gesto final recula, no tiene el suficiente valor, lo que conduce a una irresolución de la cuestión y a una tesis poco eficaz.

Debería haber girado la llave. Y habría sido entonces cuando la advertencia que se atisba cobraría toda la fuerza necesaria para ser admonitoria, para provocar una honda reflexión, para suscitar la desconfianza en los cánones institucionales y sobre todo culturales que abanderan el progreso histórico de nuestra sociedad occidental. El terror se torna real cuando el enemigo es el vecino, cuando el señor de a pie, con traje y corbata, se descubre, se destapa, destapando a su vez a un gran número de conciencias, cuando la distancia ya no existe, y se acorrala a la víctima, se la acusa, se la canibaliza, sin querer pensar que al día siguiente el próximo en caer puede ser uno mismo.

Que un individuo como este villano sea a la vez tan atractivo y tan infame es peligroso, encarnando el delicado velo que distingue la normalidad formal de la voluntad en bruto, capaz de alcanzar con facilidad lo extremado y superar las leyes de la con(super)vivencia consensuada. El Joker, que encarna en sí mismo y en sus actos una preconización/advertencia brechtiana, ve en esta cinta limitado el alcance de su no-ejemplo y se desperdicia una gran reflexión humanista.

Mientras que el contacto con la realidad que propone El Joker linda con el vacío fagocitador, V de Alan Moore planteaba lo mismo en sentido crítico. Ninguno de los dos apuesta por una negociación, ninguno de los dos evita la irreversibilidad, pero en su historia Moore, cuyas tesis en cierta medida desde aquí condeno también como el mismo autor haría años después, permite que los experimentos lleguen a su fin, lo que demuestra, destapa y alecciona mejor que las soluciones utópicas y veniales de The Dark Knight.

Si los gadgets insólitos y los resbalones en el plano de la verosimilitud del guión se justifican alegando que el filme, en el fondo, no es sino la adaptación de un cómic, también, como hizo Moore, se podría justificar el hecho de que mostrar momentos tan extremos, no aptos para una superproducción DC en Hollywood, pertenecería al ámbito de la fantasía en viñetas, meras licencias literarias. Y ahí encontraría un pretexto Christopher Nolan para seguir adelante con sus itinerarios ¿O la razón es que su proyecto es en verdad tan limitado? ¿Que está buscando un producto para el gran público? Una distinta solución del quiz de los ferrys habría supuesto sólo una imagen en la ficción, una lección sobre el papel, para demostrar lo que se intentaba sostener. La denuncia habría sido un rotundo y exitoso desenlace para la película. Pero tras su visionado vuelvo a caer en la cuenta de que se trata de un filme de superhéroes y que, en efecto, se trata sencillamente de un cómic llevado al celuloide.

Si esta es una gran película es gracias a la expectación que se formó a su alrededor desde su anuncio inicial. Las esperanzas puestas en este Batman se fundamentaban en su filtrado y adecuación para adultos, en su elevación ideológica, en un contenido que prometía una Tesis, o la prometían más bien los críticos cinematográficos. Pero se frena en un intento de hipótesis, y eso no es suficiente. Y no creo que los cortes en el metraje sean la única razón, como se dice. No se me malinterprete, no estoy diciendo que sea una mala cinta, pero hay tres elementos que han contribuido a hinchar su caché antes de lo previsto.

Una eficaz y hábil publicidad viral; una entrega precedente, Batman Begins, solvente e inteligente; y un accidente letal del miembro más destacado del reparto que añadió un indudable morbo, hicieron de este filme una obra maestra antes incluso de su visionado.
El Batman para adultos deberá esperar, en The Dark Knight sólo hay un esbozo, porque las conclusiones son banales en lo que respecta a los interrogantes propuestos por el guión e incluso triviales en muchas escenas planteadas con aparente sobriedad (la actuación de Harvey Dent ante el testigo armado hace pensar en un juicio del otro Harvey, Birdman, el simpático fiscal de acción).

Ante una película de superhéroes con ínfulas de grandeza intelectual irresoluta me llevo a preferir, como cómic en la gran pantalla, a la menos pretenciosa, irónica y kitsch, Batman de Tim Burton.


Crítica de la crítica (en cuatro palabras): MENUDO MONTÓN DE MIERDA.

Por: Enrique Dueñas

17 de octubre de 2008

Wintercase 08

El poperismo patrio poco a poco va desligandose del garrulismo UK para abrazar las propuestas indie-folk mucho más gafapastosas. Por mi genial. Entre otras cosas porque este año el Wintercase trae bandas interesantes (el año pasado también reconozcamoslo) y sobre todo trae críticas salchichiciosas!

El perro del mar

En el invierno del 2003 una chica sueca llamada Sarah fue a parar a una isla mediterránea. La imagen de un can saliendo del agua le provocó una suerte de iluminación creativa, y así empezaron abrotar en su mente las canciones que iban a dar vida a su primer disco (de título homónimo), un tratado de pop delicado y personalísimo, bajo la influencia de la Motown y de ella misma, sencillamente.(...) Así, ha saltado el muro espectoriano que caracterizaba sus primeras canciones y ha despegado en la estratosfera para entrar en un delicioso estado de ingravidez.

Fdo. Portrait
 

13 de octubre de 2008

Superstar

Cuando leo las críticas de David S. Mordoh me alegro de que coincidamos tan poco en los gustos... Deleitense con lindezas del calibre de "Tras el arranque denso de guitarra –"Monstermind"- que desemboca en un estribillo onomatopéyico desflorando una gran tonada, llega la canción "Superstar" –ya presente en el mini anterior- con toda su voluptuosidad asomando por entre la espuma de los teclados mezclados con la voz trucada. Tiene un solo al final que no es un solo, sino una guitarra que estira cada nota para ligarla con la siguiente regodeándose en la secuencia sin perder nunca la melodía. Sonido grumoso y voz que saca petróleo de sus limitaciones." Por cierto un ONVRE con todo el bigotón pasaría de la palmera y perforaría el techo con el nabo para demostrarle a la vecinita de arriba que la virilidad y la onvría no son cosa del pasado.... Ahí queda esta perla:

El éxito de Teenage Fanclub propició la eclosión de derivados variados escoceses. En 1994, Superstar, con Joe McAlinden al frente, eran considerados un sucedáneo digno –contaban en sus filas con Jim McCulloch, guitarrista reputado de Soup Dragons y BMX Bandits, e incluso Alex Chilton colaboraba en una canción de "Superstar" (Capitol 1994)- más escorado aún a aquella veta pop que media Escocia pidió prestada a Big Star.
Tres años después sin embargo, con medio cuarteto renovado, se intuyen cambios interesantes en el mini álbum "18 Carat" (Camp Fabulous 1997), que cristalizarán prodigiosamente en "Palm Tree" (Camp Fabulous 1998), una de las obras maestras de la década en cuanto a sutileza. Sonido sencillo repleto de matices. Están en la voz, en las guitarras y en la secuenciación de los instrumentos. Tras el arranque denso de guitarra –"Monstermind"- que desemboca en un estribillo onomatopéyico desflorando una gran tonada, llega la canción "Superstar" –ya presente en el mini anterior- con toda su voluptuosidad asomando por entre la espuma de los teclados mezclados con la voz trucada. Tiene un solo al final que no es un solo, sino una guitarra que estira cada nota para ligarla con la siguiente regodeándose en la secuencia sin perder nunca la melodía. Sonido grumoso y voz que saca petróleo de sus limitaciones.
McAlinden procura combinar las composiciones de guitarra con las de piano y, salvo momentos contados de pop chispeante –incluso a la estrella del disco, "Every Day I Fall Apart", le cuesta mostrarse ágil pese a la magistral combinación de eléctricas y acústicas-, el tono general es más bien plácido, siempre priorizando la atención en los detalles. Percusión con bases entonces vigentes –"Breathing Space"- montada sobre piano, pulsaciones a cámara lenta, la voz conduciendo y a la vez dejándose querer mientras los demás instrumentos lucen –el bajo en "Two Of A Kind", la guitarra arenosa en "Sparkle"- sin aspavientos. La esencia del álbum se resume en la canción que le da título –"Palm Tree"-, donde una guitarra delicadísima secunda un anhelo de amor suspirado: ´voy a comprar una palmera y la plantaré en el comedor para que crezca hasta tu casa/ y entonces treparé hasta ti´. Lo canta con un hilo de voz tan bajo que, en vez de incredulidad, lo que consigue es hacerte mirar el techo de tu apartamento, pensar en tu tierna vecina del piso de arriba y si a estas horas está abierta la tienda de semillas de la esquina. Cualquier parado de la construcción se encargaría de hacer un boquete en el techo.
Dos años después, "Phat Dat" (Camp Fabulous 2000) demostró que el momento había pasado y que "Palm tree" permanecería en su sitio y en su tiempo, solo y gallardo hasta que el olvido lo tumbase, como el primer álbum de guitarras ingeniosas tras "Ok Computer".



Texto sacado de http://www.musicaenlamochila.net/?p=745#more-745

Fdo. Xispo

9 de octubre de 2008

Sunn O))) (Y no es una errata)

Uno de los rasgos fundamentales de la crítica culturetil es la divagación filosófica ante una obra que como tal no aporta un mojón. Ante un water expuesto se pueden escribir libros de teología, así que no es de extrañar que ante la muralla de ruido de Sunn O)), con sinceridad poco se puede decir más que eso, muralla de ruido, al crítico se le vaya la pinza con la filosofía del arte.

En este sentido, Sunn o))) representan el aspecto negativo del experimento, la negación per se, el caos último, y por tanto el aspecto destructor y deshumanizador.
Esa búsqueda de la descontextualización, de la destrucción de todo argumento, se persigue mediante el uso de una estética no asociada todavía a una ética concreta, es decir por medio de la abstracción, pero además con el añadido violento y políticamente incorrecto del estruendo y la violencia sin argumentación ni justificantes.
Del mismo modo que el "noise" persigue la descontextualización y la abstracción total de la música, por medio del uso del ruido extremo sin condicionantes éticos. Sunn o))) lo hacen con el uso del drone (sonido monótono y repetido ad nauseam) no en vano Sunn o))) conciben su espectáculo como un ritual y se visten y actúan en consecuencia.
El arte debe ser trascendente, numénico. El arte debe elevar nuestro espíritu. Así pues, Sunn o))) es el caos, la destrucción …
Sunn o))) es puro, limpio …


Texto sacado de aquí

Fdo. Portrait

7 de octubre de 2008

Crítico de series televisivas

Ya dije en un post de mi blog que con el gusto de este crítico televisivo siempre quedo en las antípodas. Se reconfirma con su afirmación de que "Cómo conocí a vuestra madre", serie que ha empeorado abismalmente, sigue estando bien.

No es de lo más cultureta que hay porque habla de telecomedias, coñe, pero es muy redicho y estupidín. Podría valer cualquiera de sus críticas, pero ésta es la última que ha publicado:
"reencuentro dócil y sereno con los cuatro protagonistas. Los guiones siguen allí como siempre, haciendo diana en el centro mismo del chiste", "una dupla muy eficaz", etc…


Las metáforas, como G. Sanz, con un tema de base:
"con un enorme control del tiempo. Los flashbacks dinámicos, cortos como un regate de Messi". " Y logran sacar petróleo de ese pedazo de carne asada."


Además de cultureta, es casposo el tío:
"hermosísima Robin".


Y, para terminar, como buen argentino, se reitera:
"en versión original, sin doblaje"


Publicado por Lanavaj...

Crítica literaria muy profunda; teo en avión

Hola, amiguitos sórdidos. Os mando una critica que yo mismo he escrito, en poderfriki.com. Soy consciente que no es el espíritu del blog, por que esto lo he hecho en plan cómico y no es, por tanto, culturetanismo auténtico. Sin embargo, si se trata de una parodia del estilo gafapastil o perillesco, con lo que creo que podría encajar... asi que nada, espero que os guste.

La celebérrima Violeta Denou vuelve a deleitarnos con las aventuras desu creación de ficción más famosa, en el relato 'Teo en avión'.

Alo largo de trece intensas páginas que apenas pueden calificarse detrepidantes, sino de convulsas, nos es narrada la ventura y desventuraen el cielo de uno de los héroes más conocidos de la historia moderna.

Enla trama propuesta, el infante de cabellos de fuego ha de tomar unvuelo intercontinental para recuperar una amistad perdida. Por supuestonos encontramos ante una excusa argumental que poco tiene que ver conla intencionalidad auténtica de la escritora, que desea introducirnoscuanto antes en su complejo mundo personal. Apenas se nos ha presentadoel conflicto, hacen su aparición las primeras críticas sociales, talescomo la crisis del petróleo o el abandono del niño en la civilizaciónactual.

Más adelante, el susodicho artefacto despega al fin,desafiando con furia a Eolo o, citando la obra 'se eleva a granvelocidad, y cada vez vuela más alto'. Existe entonces un intento deintrospección psicológica (en la humilde opinión de quien estosuscribe, poco conseguido) al asegurarnos que la profesión escogida porTeo para el futuro es la de piloto (los aficionados ya habrándescubierto que esto entra en conflcito con otras afirmaciones hechaspor el personaje en el pasado).

Aquí podemos encontrar unpequeño valle en las gloriosas montañas narrativas a las que se nos hasometido a subir. Efectivamente, nos hallamos en un fragmento del libroen el cual los acontecimientos se tornan mucho más tranquilos, de modoque apenas se apunta una referencia a la muerte (insinuada por un grupode sonrientes paracaidistas), asi como el contraste eterno entre pobresy ricos y una humorística burla (a la par que una aterradorarevelación) a los mal llamados 'vuelos de bajo coste' que se llevantantas vidas al año.

A partir de aquí nos encontramos con unpunto de inflexión en la obra, que confundirá a más de uno (no a mi,claro está). Cuando el rumbo de la ficción parece totalmenteestablecido, la autora se desmarca absolutamente de nuestrasespectativas, dando lugar a una gloriosa vuelta de tuerca. De repente,y sin previo aviso, el aeroplano cruza la atmósfera y se dirige alespacio exterior. Tras vagar por el cosmos, el avión llega hasta elcual, se supone, siempre fué su destino, el planeta Marte. Obviamente,este fué el mundo escogido (dentro de los muchos posibles) debido a suconnotación bélica, asi como su misteriosa y mítica historia. Ningúndetalle es dejado al azar en las novelas de Denou. Marte aparece comoun valle de color y luminosidad, en claro contraste con el mundo gris yfrio que representa la Tierra, donde son los nativos los que huyenaterrados de los hombres (clarísima referencia al neocolonialismo).

Esaquí cuando al desconcertado lector aprende las reglas de semejantefantasía romántica, sólo para ser arrancada de ella como cuando somosarrancados del vientre materno. Tal y como algunos suponíamos y otrosno querrán creer, todos los eventos transcurridos más allá de nuestroplaneta son apenas una ensoñación alucinatoria del chiquillo de melenaardiente. Su rostro refleja confusión y dolor, a la par que el resto depasajeros parecen antinaturalmente felices, como si se rieran de sudesgracia.

Tiene entonces lugar el clímax, que, curiosamente,resulta bastante anticlimático. Se nos presenta la India, con granfidelidad geo-política, pero es que el libro, cuando debería terminarde convencernos de su grandeza, hace aguas en un punto fundamental, quees el choque cultural. Si bien el resto de la novela ha intentadohacernos reflexionar sobre las diferencias inexplicables entre loshombres, en este tramo final se muestra con un naturalismo casiRousseauano en el cual se nos descubre de un modo ciertamente idílicolos procesos globalizadores de occidente para con sus vecinos.

Desgraciadamente,el tomo completo es incapaz de alcanzar la sobriedad, complejidad,ingenio y esplendor literarios de 'Teo va al circo' al ser este,probablemente, la más completa aportación al personaje. Sin embargo, nohemos de menospreciar 'Teo en avión' sin antes meditar muy seriamente,pues nos hallamos ante una más que digna incursión de la autora (y elya cuasi legendario protagonista) en temas mucho más elevados, como larealidad dentro de la realidad, las injusticias sociales o esesimbólico acercamiento al mismo cielo, digno del mejor Hemingway.

Unaprosa fluida a la par que inteligente, ilustración de intencionalidadclaramente postmoderna y una entidad estructural razonablemente sólida,completan un producto que, si bien no brillante, quizás merezca unsitio preferente de en la colección del lector.


5 de octubre de 2008

The Office/Plutón BRBNero

The Office es el peor ejemplo que puedes poner. Es una serie fragmentaria, cuya secuencia inicial tiene relación con el resto del capítulo desde un punto de vista más connotativo que el que puede escindirse de una tipología narrativa clásica.

Narrativa clásica a la que, por otra parte, aspira cada uno de los fotogramas de Plutón BRBNero.




Espanis Sico, en uno de los foros de ClubCultura.

De: Tío Vania

3 de octubre de 2008

El G.Sanz de turno

"(...) Pespuntes de bossa, electrónica y pop guitarrero, letras de autor referencial y un segundo CD de mezclas en edición limitada para un honesto ejercicio de estilo que añora una canción definitiva."

G. Sanz II: El retorno de los pespuntes.

2 de octubre de 2008

Las delicias de los textos universitarios

Otro aspecto de la culturetez más allá de los críticos diletantes, es el lenguaje de los (malos) textos académicos. Esos maratones de palabros y frases interminables que no han visto un punto y seguido ni en pintura. En principio, no eran el objeto de este blog, pero tenía que compartir mi dolor con el resto de la humanidad. Aquí tengo un par de maravillosos párrafos de una cosa sobre política que he leído en inglés. Paso de traducirlas porque para ello necesitaría entender lo que dicen:

"The thought is that the group’s attitudes on any issue must be a function of the attitudes of members on that issue that what individuals do in the name of group attitudes will really be done in virtue of their corresponding attitudes as individuals".

¡Qué actitud!

"Should I have said, not that the neorepublican maximand is freedom as non-domination as such, but rather that it is equal freedom as non-domination?"

¿O es al revés? ¿O son lo mismo? ¡Aaaah! ¡Quién lo sabe!

"The difficulty is illustrated by the fact that even a majority of three perfectly consistent individuals can endorse an inconsistent set of judgments across three simple propositions. Let A, B and C vote on whether p, whether q, and whether p&q. A and B may vote that p, with C against; B and C may vote that q, with A against; so in consistency A and C will vote against p&q, and B vote for it. Thus the majority will hold that p, that q and that not-p&q. The agent that A, B and C form together will have to make its views coherent, assuming that those views are formed for purposes of deciding action, and so they will have to endorse a package of judgments — say, that p, that q and that p&q — which breaks on some proposition with the majority view amongst members. "

¿Tan difícil era poner un ejemplo práctico?