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5 de diciembre de 2008

El G.Sanz nuestro de cada viernes

Una vez más, no sé qué extraer de una crítica de G.Sanz. Tengo que colocarla entera. Veamos:

I’M NOT JIM
You Are My People. (Tres estrellitas)

En lugar de inventar el country alternativo, The Silos dignificaron la vejez del Nuevo Rock Americano procurándose un reducido aunque muy selecto grupo de fans. Entre ellos, el escritor neoyorkino Jonathan Lethem, principal atractivo de un proyecto comprometido con la resurrección de su líder, Walter Salas-Humara, y amparado en la mutua admiración. Compuesto en 48 horas y remezclado por el equipo de producción The Elegant Two, el álbum resultante suena entrañable pero sólo concreta su enorme potencial literario en tres estimulantes incursiones en el spoken word. GERARDO SANZ.

¿Qué? ¿Cómo? Lo más apasionante no es que sólo hable del disco en las últimas líneas. Es esa lista de nombres que suelta. Cuando llevas un par de frases, miras en el encabezamiento cómo se llama el grupo y te das cuenta de que no sabes de quién puñetas está hablando. ¡Que quede claro que ÉL sabe de música rara! Si TÚ no, ¡pues te fastidias y lo miras en internet!
Es el equivalente en crítica a esa maravillosa expresión aplicable a arribistas y diletantes: ‘Dejar caer nombres’. Lo único que importa es epatar.

Y, a propósito: ¿Qué tiene de malo la palabra ‘recitar’?