Blog abierto a TODO EL MUNDO. Si quieres enviar una crítica pedante vergonzosa que hayas encontrado, éstas son las instrucciones.

26 de marzo de 2010

G.Sanz, ese romántico existencial rebajado de ironía

Otro viernes, otro G.Sanz que no decepciona. Ente onve es un tesoro nacional.

"(...) Su séptimo álbum de estudio, el primero en cinco años con material nuevo, tramita el acta de su definitiva conciliación poniendo toda la carne en el asador del estilo. Melodías soft-rock de ascendente country, exquisitos arreglos de cuerda y viento por gentileza de Mark Nevers (Lambchop) y romanticismo existencial rebajado de ironía. Como agua de mayo sobre mojado." G.Sanz

24 de marzo de 2010

El pseudorretórico. Una gran definición

Para hablar, el pseudorretórico busca oyentes que no sepan de qué habla. Conoce las miradas perplejas y el parpadeo del desamparo cuando se dirige a alguien, y sólo se lanza a perorar si el desamparo le parece suficiente. Las ideas afluyen a su mente y pronto dispone de una cantidad pasmosa de argumentos que, en otras circunstancias, no se le habrían ocurrido: siente cómo puede ir enredándolo todo y se encumbra hasta el más recóndito de los delirios: en torno suyo la atmósfera se carga de oráculos.

Pero hay de él si por el rostro del interpelado cruza una iluminación repentina, algún atisbo de comprensión: el pseudorretórico se derrumba por dentro, se atasca, tartamudea, se interrumpe, vuelve a probar sumido en la más penosa de las turbaciones y, cuando ve que todos sus esfuerzos so vanos, que el otro entiende y está dispusto a seguir entendiendo, se rinde, enmudece y se aleja bruscamente.

Tales derrotas no son, sin embargo, frecuentes. Las más de las veces, el pseudorretórico logra permanecer incomprendido. Tiene experiencia y escoge a su gente, no se dirige a cualquiera. Conoce a esa especie que se presta a todo. ¡Como si alguien pudiera prever sus temas de conversación! Ni él mismo los conoce de antemano...

Fragmento de El pseudorretórico, de Elías Canetti.

22 de marzo de 2010

La invasión de los recursos caligráficos

¿Os pongo negritas? venga va:

La invasión de los recursos caligráficos

ALBERT SERRA JUANOLA, director de cine

Un amigo mío miró hace poco un documental hecho en 3-D y descalificó la experiencia con un observación evidente: "Es que no añade nada".

El cine en 3-D existe desde hace mucho tiempo y, sin embargo, nunca ha atraído la atención de ningún director interesante (excepto Alfred Hitchcock, si no recuero mal). No soy una excepción a esta regla. A pesar de la naturaleza ontológicamente realista del cine, la imagen es un signo que puede llegar a interesar artísticamente no por lo que muestra, sino por lo que expresa. Algo que está más allá de la imagen y de la historia que esta nos cuenta. Algo que no está tan claro, y que afecta más a la dialéctica entre el proceso de fabricación de la película y su forma definitiva: el conjunto de reglas internas que al final la gobiernan y de donde se desprende su belleza como obra de arte.

Se dijo que con la llegada del cine sonoro se perdía capacidad expresiva; es cierto. Se perdía una capacidad fundamental del lenguaje visual que es la abstracción y todo el refinamiento que esta conlleva. La imagen se volvía más ilustrativa y el lenguaje cinematográfico se empobrecía; hasta que la nouvelle vague y cierto cine experimental hacen un uso más sofisticado del sonido y lo separan de la imagen para que pueda recibir un tratamiento propio y pueda relacionarse con esta por otro tipo de relaciones aparte de la contigüidad ilustrativa, como, por ejemplo, por contrapunto.

Nada de esto tiene que ver con el 3-D. Ni siquiera representa un empobrecimiento de la imagen: simplemente no es nada.O acaso una mediocre ampliación de un recurso elemental de la imagen cinematográfica:
su capacidad material de reproducción de la realidad que, paradójicamente, por el aturdimiento ocular y la fatiga mental que provoca en el espectador, puede llegar a ser intrínsecamente nociva para su propia finalidad. No digamos ya para esa segunda película o segundo nivel de comprensión de la que hablaba al principio y que se basa en las asociaciones visuales, culturales, personales, etcétera, que el misterio de las imágenes ayuda siempre a agudizar.

El 3-D no es un recurso formal, sino caligráfico. Y sólo afecta, de momento, al cine comercial. Pero, involuntariamente, evidencia al mismo tiempo lo mucho que cierto cine de autor se apoya, en el fondo, en conquistas paralelas e igual de vacuas que el 3-D y que ya están destruyendo la autenticidad de gran parte del cine artístico moderno: ya están en todas partes la caligrafía narrativa, la caligrafía referencial, la caligrafía dramática, la caligrafía metafísica, etcétera.

La destrucción de la autenticidad del imaginario colectivo es la consecuencia más evidente de esta invasión caligráfica; y su síntoma más claro, el auge del videojuego (siempre asociado al 3-D), engendro diabólico y repugnante, joya de la corona de esta invasión catastrófica, pura caligrafía conceptual.


Enviado por: Pedro Vallín

13 de marzo de 2010

G. Sanz: ¿Acaso seré yo?

Está claro: G.Sanz casi nunca defrauda. Cuando el blog se tira un tiempo sin recibir contribuciones, sólo hay que echarle un vistazo a La Luna de Metropoli.

NACHO UMBERT | 'Ay...' (Acuarela) | Valoración: 4

Catorce años después del inolvidable Adiós (1996) de Paperhouse, el que fuera su vocalista y principal compositor regresa con un título que se sabe suspiro, quejido y expresión de una exquisita sensibilidad. Bajo la producción de Raül Fernández (Refree), el cantautor barcelonés colorea con su barítono viñetas de un costumbrismo evocador y casi mágico. Chelo, trompeta y coros de Silvia Pérez Cruz, para una orgánica interjección de pop acústico que cambia la socarronería de Sr. Chinarro por el acaso de un Bill Callahan mediterráneo.
Gerardo Sanz