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13 de diciembre de 2011

Hipnagógico Vintage

Esta crítica, publicada en el Cultura/s de La Vanguardia del 30 de Noviembre del 2011, y firmada por Luis Costa (tal vez pariente de nuestro inefable Jordi) es ejemplo de varias cosas:
- La primera sería ver como el crítico se autodesmarca de una corriente de pensamiento en la que se pone a caer de un burro, una obra anterior del artista citado, para demostrar que él ya decía que molaba antes de que se hiciera famosete. El crítico se autoafirma como líder de pensamiento oculto, como un creador de opinión que ha sido ignorada por la masa imbécil y acrítica que no mira más allá de lo que aparece en sus blogs, revistas y gacetas de moda.
-Por otra parte, el mentado Luis, se incorpora al si no sabes hablar de música o hacer una reseña no importa, mete palabros grandilocuentes y poco usados para que la masa se sienta imbécil, aunque no tengas ni tú mismo idea de lo que significan. Son muy frecuentes en este estilo buscar calificativos paradójicos, o antónimos como neo-vintage, retro-futurista, mutante o como en el caso que nos compete hipnagógico-vintage. Hipnagógico, por si alguien no sabe lo que significa, son visiones producidas en un estado entre la vigilia y el sueño, y que se producen porque el cerebro todavía no ha desconecatdo de la realidad mientras que el resto de funciones corporales sí que lo ha hecho. Así que me gustaría que alguien me explicara que relación tiene una visión hipnagógica con lo vintage. ¿Acaso con este disco ves imágenes de tus padres yendo de guateque con música de los Diablos antes de dormir? ¿Ves a la gente con pantalones de campana diciéndote buenas noches? Luis Costa, si por acaso leyera esto, explíquemelo que estoy en un sin vivir.

En fin, voy con la transcripción de la crítica:

JOHN MAUS We Must Become The Pitiless Censors of Ourselves
Pop Retrofuturista

Ahora que parece que este disco de John Maus viene gustando, uno no puede evitar acordarse, no sin cierta tristeza, de la dureza con que se despachó en su día, cuatro años atrás, su segundo disco Love is Real. Hay que decir que este nuevo disco no se diferencia en lo esencial de aquel otro, y si los postulados retro-futuristas basados en el post-punk y el primer techno pop menos evidente son buenos ahora, deberían haberlo sido entonces también. Dicho esto, no hay duda de que Maus está aquí inspirado, ya desde Streetlight, tema de disco mutante con reminiscencias a Kraftwerk que abre el álbum, hasta el que lo cierra Believer tan new romantic, tan The Cure. Entre medio, otras diez canciones de excitante sonido hipnagógico vintage que da forma a una de las propuestas más personales del actual pop independiente. LUIS COSTA

Enviado por: Milgrom

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mira que llegais a ser catetos

David Keenan en la Wire

Daniel Verdú en El País

Anónimo dijo...

igual el cateto eres tu, porque vivir de escribir estas cosas tiene cojones:

Con esta metáfora, Keenan pretendía explicar que gran parte de la música que se producía entonces (y que se sigue produciendo) está basada en un proceso, casi psiquiátrico, en el que los músicos de una generación nacida en los ochenta habían filtrado sus recuerdos musicales inconscientemente en su obra. Es decir, estaban reproduciendo un sonido sin copiarlo directamente, sin crear un burdo revival, y plasmándolo con las deficiencias propias que el paso del tiempo hubiera provocado en un soporte de grabación. Y esa bruma onírica, ese leve y agradable zumbido de fondo, constituía el cuerpo de lo que se ha denominado glo-fi. ¿Un follón, no?

Aqui amor por la musica poco, masturbacion mental mucha pero ridiculez profesional ni te cuento.