Tranches de vie dramáticamente plausibles y rabiosamente urbanícolas, las que cuenta abarcan a todo el espectro social del Santiago de Chile de hoy mismo (pero podría ser cualquier otra urbe entre el primer y el tercer mundo), hasta terminar recordando con honestidad y casi con pudor, no como Alejandro González Iñárritu y su abominable y tramposa Babel, que todos padecemos, sí, pero como siempre, algunos, los pobres, mucho más que el resto.
Mirito Torreiro nos aclara que sabe francés, tira de la RAE con un sinónimo que nadie dice y se embarulla con un exceso de comas en esta gran loa al párrafo sin puntos.
Con todo, sí, Babel, ante todo, nos parece, a muchos, sin duda, un truño.
Nos trasladamos
Hace 4 años
3 comentarios:
Un urbanícola es un tío que cultiva ciudades ¿no?
A partir, de cerrar el paréntisis, efectivamente, no, entiendo, nada.
Que pasa con Babel?
Errrrr.... ¿Se refiere a 'La buena vida'? Joooooooder.
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