Nos deja Yoyoucronia un comentario en el blog madre Vicisitud y Sordidez sobre el maravilloso mundo de los comentaristas de críticas ajenas metidos a pedantes sobresalientes:
La excusa es que nombráis a Origen, pero es que me muero de ganas de compartir este "comentario" gsanzico de Sailor en la crítica de Fotogramas:
No es el suyo un caso de efusividad excéntrica por lo formal con retranca de voyeur apasionado por la métrica de lo oculto.Ni tampoco será porque hay un elevado grado de pureza simbólica en su, llamémosla así, descortés narrativa, por lo que resulta tan complejo asomarse al interior de esta película.Más bien es el preciso ruido de fondo que acompaña al film, pesadumbre plástica,grácil como lluvia fina,imperceptible, incesante, lo que hace emerger a lo largo de su metraje pavorosas grietas y hendiduras,fisuras y magulladuras,lesiones y laceraciones conceptuales, tanto de naturaleza críptica como de indeterminada exuberancia imaginaria.En definitiva, “Origen” nos introduce en un paisaje turbio, mutilado, acompasado por un nutrido murmullo de susurros silabeados directamente al cerebro.
¿No habréis sido vosotros?
Respuesta de los editores: No. Ya nos gustaría.
La excusa es que nombráis a Origen, pero es que me muero de ganas de compartir este "comentario" gsanzico de Sailor en la crítica de Fotogramas:
No es el suyo un caso de efusividad excéntrica por lo formal con retranca de voyeur apasionado por la métrica de lo oculto.Ni tampoco será porque hay un elevado grado de pureza simbólica en su, llamémosla así, descortés narrativa, por lo que resulta tan complejo asomarse al interior de esta película.Más bien es el preciso ruido de fondo que acompaña al film, pesadumbre plástica,grácil como lluvia fina,imperceptible, incesante, lo que hace emerger a lo largo de su metraje pavorosas grietas y hendiduras,fisuras y magulladuras,lesiones y laceraciones conceptuales, tanto de naturaleza críptica como de indeterminada exuberancia imaginaria.En definitiva, “Origen” nos introduce en un paisaje turbio, mutilado, acompasado por un nutrido murmullo de susurros silabeados directamente al cerebro.
¿No habréis sido vosotros?
Respuesta de los editores: No. Ya nos gustaría.
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