Jibarización teenager y orgullosamente idiota de una obra que era pura
flexibilidad entre lo cómico y lo épico, 'Dragonball Evolution' no es una
afrenta premeditada, sino, tan sólo, una lectura muy poco imaginativa de una
obra que (...) supuso para muchos todo un discurso de iniciación a la
imaginación libérrima, sexualizada e hiperbólica de una cultura popular nipona
que se apropiaba del imaginario chino para mutarlo.
Jordi Costa vuelve a regalarnos sinónimos que no vienen a cuento pero no logra superar el delirante arranque digno de G. Sanz. ¿Jibarización? ¿Porque los muñecos de Toriyama eran cabezones? ¿Por tener menos cabeza los autores? Y teenager ¿Porque Dragonball no era teenager?
Digámoslo claro: a estas alturas del partido, sólo G. Sanz sabe jugar a ser G. Sanz: su histerismo lo blinda contra análisis. Al resto, no.