Retahíla salvaje de nombres en esta tremenda crítica:
Megafaun:
Mucho más que la comparsa de Justin Vernon, alias Bon Iver, en su etapa DeYarmond Edison, el trío de Carolina del Norte asciende a la primera división de la Americana compatibilizando su prurito experimental con el formato canción. Coproducido junto a BJ Burton (The Love Language), su tercer álbum es folk lo bastante freak como para hollar un territorio propio de The Grateful Dead, el gótico sureño y la bohemia Laurel Canyon. Mark Paulson (Bowerbird) toca el violín, Matt White (Fight The Big Bull) arregla los vientos y la voz de Frazey Ford (ex The Be Good Tanyas) cierra, a ritmo de góspel-rock, un inspirado ejercicio de retrofuturismo con raíces donde caben The Beatles y el blues del Delta, Phish y una marimba esquizofrénica, interludios ambient pastoral y el tema central del otoño que viene.
Firmado por... obviamente... GERARDO SANZ. El único y sólo imitable por mí.